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Joan Subirats y la Ley del Sistema Universitario: abriendo «las ventanas» a la juventud

By 15 julio, 2024 julio 21st, 2024 No Comments
Entrevista a Joan Subirats Humets sobre Ley Orgánica del Sistema Universitario - Pilar Nicolas R
*Joan Subirats / Autor: Eduardo Parra para Europa Press.

Finalizado el curso universitario, y con más de un año vista de la publicación de la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) [1], hablamos con uno de sus principales artífices: Joan Subirats Humet, catedrático emérito de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad Autónoma de Barcelona y exministro de Universidades de España (2021-2023).

Joan Subirats, que según nos cuenta con simpatía y sencillez fue el primer universitario de su familia y el único de los tres hermanos en poder estudiar por ser el pequeño, reflexiona para Análisis y Debate sobre cómo afecta dicha nueva ley a la educación superior de la juventud:

MEJORA DE LA CALIDAD EDUCATIVA

Comentaste en una entrevista para la Sexta Noticias que «hemos de pasar del modelo Fray Luis de León al de ChatGPT». Teniendo en cuenta la LOSU, ¿cuál debe de ser el proceso para que ese cambio se produzca en las universidades españolas?

Existen dos carencias fuertes en el modelo tradicional del sistema educativo que se solucionan a través de elementos que tienen que ver con la estructura material de la clase. La primera carencia es el modelo en sí, que ha tendido a estar muy centrado en la transmisión del conocimiento desde una lógica jerárquica, la propia estructura física del aula y la forma de dar clase clásica está pensada de esta manera. Un ejemplo amable de este tipo de expresión se observa en la película La lengua de las mariposas, donde Fernando Fernán Gómez hace de profesor de una pequeña escuela rural asturiana, de esa que mezcla diversas edades. En este caso, el maestro sale de la clase a la naturaleza y el alumnado observa admirado; no obstante, es él quien les abre las ventanas del conocimiento del mundo a esa juventud, ilustrándola lo que no sabe. Sin embargo, ahora estamos en una situación muy distinta, como en el filme La clase. El cuál comienza con un aula bien organizada, una tarima un poco más alta, y en la última escena esta clase está completamente desordenada, con las sillas en otra posición.
Pensemos pues en que el sistema ha cambiado hacia un entorno donde el conocimiento es totalmente accesible, pluridireccional, de intercambio y horizontalidad. De hecho, en mi grupo de Ciencia Política casi todos los alumnos y alumnas están con ordenadores y tabletas, interaccionando entre mi clase e Internet. Luego, la estructura pedagógica casa mal con la realidad actual cuyo problema central no es el acceso a la sabiduría, sino organizar y llevar al terreno ese conocimiento para que le resulte más fácil adquirirlo al estudiantado. Debería ser capaz de entender esto como una ventaja, aunque al romper con los esquemas haga más incómodo el papel del profesor por hacerle cambiar su rol. El cambio ha sido brusco y rápido, los estudiantes y las estudiantes vienen con las ventanas abiertas, con los instrumentos y posibilidades para contrastar e incorporar, y de repente se le cierran las ventanas en clase. Entonces, ¿qué sentido tiene que yo les repita lo que tienen disponible?, ¿cuál es el valor añadido de la presencialidad en la formación? Es el trueque de la relación con sus pares y la capacidad del aprendizaje compartido, del disentir y consentir, de estar jugando con la construcción y el contraste constante de ideas.

La segunda carencia de la estructura educativa es la estanqueidad, el aislamiento del entorno. ¿Cómo hacemos que el aula sea un espacio, real o virtual, en el cuál incorporemos la realidad exterior? Universidades como Yale explican el Derecho a través de estudios de caso. Por tanto, elaborar lógicas de aprendizaje compartido y sistemas más inductivos y deductivos de generación de conocimiento es importante.

OPORTUNIDADES LABORALES AQUÍ Y ALLÁ

En una comparecencia ante la Comisión de Cultura y Educación del Parlamento Europeo de Derecho Social resaltaste: “toda persona tiene derecho a una educación, formación y aprendizaje permanente, inclusivos y de calidad”. ¿Qué medidas específicas contempla la ley para abordar los desafíos actuales que enfrentan los estudiantes universitarios?

Si lo analizamos, veníamos de un periodo con unas “etapas de la vida” muy delimitadas y marcadas, según relata el libro del Imserso [2]: la formativa, la de trabajo y la de recordar y prepararse para morir. Pero esas etapas han saltado por los aires, porque, como explica Zygmunt Bauman en Tiempos líquidos [3], hay mucha incertidumbre y volatilidad en todo lo que nos rodea, tenemos que “hacer misiles capaces de reprogramarse en vuelo” porque no se sabrá dónde está el enemigo y tendremos que adaptarnos. Por ello, la idea de que cuando te formas sirve para toda la vida ya no es válida. A lo que se le añade que tampoco sabemos muy bien cuándo acaba la juventud y empieza la fase adulta. Es más, en general, hay un problema de crisis de muchas de las coordenadas vitales que nos servían para orientarnos. Si nos fijamos en la universidad española sólo un 5% de los y las estudiantes tienen más de 29 años, pero la Unión Europea emitió que en 2030 tendría que haber un 60% de población que tendrá que vivir una experiencia universitaria. Por tanto, es un elemento central que las personas tengan una visión de la vida en la cual la necesidad de formarse y de ponerse al día sea un realidad permanente [4] y tan habitual como ir al médico, a la par que evitamos que las opciones que se tomen se vean como inamovibles. Para ello la LOSU y la normativa actual incorpora las microcredenciales [artículo 37 y 38 de la ley], las pasarelas entre formación profesional y universidad, así como los accesos a mayores de 25 años.

El otro tema es que el turismo atrae mucho a personas jóvenes que tienen dudas de si sirven o no para estudiar y tienen acceso fácil a puestos de muy baja calificación. Es por lo que los incentivos para abandonar los estudios son muy altos, un 18% según un estudio publicado por el Ministerio de Universidades [5]. Además suelen abandonar más los estudios personas con índices económicos más cercanos a la pobreza o familias con problemas de vulnerabilidad. Luego, también es prioritario que las universidades sean más plurales en sus objetivos formativos y abarcar el conjunto de la sociedad. Es el caso de la Universidad de Nueva York, que está ocupada de mañana a noche con formación para dar oportunidades a personas con necesidades muy diferentes.

Respecto a lo que mencionas sobre oportunidades de trabajo, ¿cómo se planea garantizar que la ley de universidades contribuya a la preparación de la juventud para enfrentar los desafíos del mercado laboral?

La LOSU trata de prevenir el abandono escolar con experiencias de acompañamiento, haciendo seguimientos en la universidad que incorpora elementos de la formación dual. Se trata de ofrecer cierto pacto entre el ámbito educativo y el ámbito laboral o social en el cual vas a desempeñar esta labor para que ello tenga finalmente un contenido formativo. Alemania, en este sentido, es un país con una fuerte trayectoria.

De tal modo, la ley permite que los y las estudiantes puedan organizarse en cooperativas y empresas o entidades para proveer los servicios de la universidad, otorgando espacios de formación en práctica aplicada. La Politécnica de Valencia lo lleva a cabo con una Casa del Alumno espectacular en la que se hacen actividades de todo tipo.

¿De qué otras maneras se está trabajando para fortalecer la relación entre las universidades y otros sectores de la sociedad, incluidas las empresas y las organizaciones civiles, para ofrecer oportunidades de aprendizaje y crecimiento a las personas jóvenes?

Una de las cosas en las que yo insistiría, y la ley va encaminada en esa línea, es evitar la “titulitis” o pensar que lo decisivo en el paso por la universidad es el título. En el mundo laboral cada vez es más significativo lo que llamaríamos “capacidades blandas” [soft skills]. Porque se pone de relieve precisamente aquello menos evidente en los perfiles que se buscan: personas creativas, innovadoras, con experiencias de carácter distinto, plurales, que sepan trabajar en grupo y acepten la diversidad. Como la experiencia de monitor de deportes, estar en un grupo Scout o los viajes realizados.

Igualmente es importante evitar que las prácticas curriculares de formación laboral se conviertan en espacios de trabajos en que las empresas o naciones quieran ahorrar y entonces lo suplan con estudiantes. Tiene que producirse un win-win entre estudiante y entidad, como sucede en la empresa SEAT en Martorell o La Cruz Roja.

Y otro gran ámbito es la investigación y la transferencia. Ahí, la LOSU ha reforzado mucho los doctorados industriales, tesis doctorales que se hacen en un entorno empresarial, organizacional o de la administración pública y cuya pregunta principal de investigación es relevante para dicha entidad, no sólo para la universidad. Francia y Dinamarca son países guía en este sentido.
Hay que pensar que Europa ya no es política internacional, sino política interior. Por consiguiente, la educación superior está cada vez más influenciada por las dinámicas europeas como veíamos con las microcredenciales y los doctorados de transferencia. A su vez se incluyen las titulaciones conjuntas entre universidades europeas en red. Aquí, España es un prototipo potente de intercambio internacional, siendo el primer país que más estudiantes recibe y el segundo que más envía jóvenes fuera.

Entrevista a Joan Subirtas Humet sobre Ley del Sistema Universitario y jóvenes - Pilar Nicolás R.

APUESTA POR LA GOBERNANZA ESTUDIANTIL

Aparte de las que comentas sobre la experiencia laboral, ¿qué estrategias se están implementando para promover la participación juvenil activa en la formulación y aplicación de políticas relacionadas con la educación superior?

Tras hablar mucho de ello con las organizaciones de estudiantes, se detectó gran perseverancia en formar parte de los debates donde se fijan las materias relativas a los planes docentes y su participación en departamentos o centros de investigación de la universidad. Así que eso también lo contempla la LOSU.

Un aspecto relevante para considerar es que, por primera vez, en la ley se regula el derecho al paro académico [artículo 33 de la ley]. Ante un conflicto que puedan hacer oír su voz y eso no interfiera en la programación académica de las pruebas.

Reflexionando, en este momento toca que las universidades trabajen por mantener el vínculo formativo y emocional con los ex alumnos, de tal manera que haya cierta retroalimentación y conexión intergeneracional. Es la figura del alumni: personas que, a lo largo del tiempo si han triunfado en su ámbito laboral, se acordarán de esa que fue su alma mater, de su sitio de referencia universitaria, y querrán contribuir con ella. Hay universidades americanas que van por esa línea, y brindan matrículas que, aunque tengan precio alto, son de tarifa plana formativa.

En base a lo hablado, ¿cómo pueden las universidades y otros miembros de la comunidad universitaria responder a un discurso de odio constitucionalmente protegido?

La LOSU juega en un campo complejo, ambivalente, en la que tiene que ser coherente con lo que establece la UE. Al mismo tiempo instaura los parámetros básicos que han de funcionar en el Estado español sin invadir los espacios competenciales propios de las comunidades autónomas, protegiendo la autonomía organizativa de las universidades. Con lo cual, la ley plantea el marco del pluralismo, la democracia, la capacidad de debate interno, de evitar el ataque a valores fundamentales, etc. Sin embargo, no determinar los procedimientos por los que tienen que ser garantizado, el discurso lo concreta y define la propia universidad.

ATENCIÓN A LA SALUD DEL ALUMNADO

En el estudio que elaborasteis sobre la Salud Mental del Estudiantado en las Universidades españolas [6] se exponía que “más del 50% ha percibido la necesidad de apoyo psicológico por problemas de salud mental recientes”. ¿De qué manera la LOSU ha tratado de mejorar la salud mental y el bienestar emocional de la juventud universitaria? ¿Y en atención a la salud física, y en concreto a la discapacidad?

Al ser una ley post-pandemia tiene en cuenta toda la situación de fragilidad juvenil en estos últimos tiempos, que confluye en un espacio de crisis cruzadas: la ambiental, el futuro laboral, las estructuras de acomodación familiar juvenil, las redes sociales… A las que si le sumamos la crisis de la pandemia se crea la tormenta perfecta. En efecto, la vuelta presencial a las universidades es algo que está costando. Por otra parte, nuestra ley da carta de naturaleza por primera vez a los gabinetes psicopedagógicos, convirtiéndose en un servicio propio obligado de la universidad que está pendiente de obstáculos como el acoso y la igualdad de género.

En el estudio que comentas se realizó una encuesta brutal que ha detectado pautas y elementos de respuesta, y sobre todo ha servido para ser muy conscientes en todas las fases docentes y gestar sistemas de detención de problemas. Asimismo, se analizaron los formatos de cuidado, cómo conseguir que los procesos de atención, de escuchar y ser oído, sean muy ágiles y cercanos posibles para evitar barreras.

En cuanto a la discapacidad, trabajamos y consensuamos detalles con organizaciones como la Fundación ONCE o el CERMI y creo que ha habido un gran avance. No tanto en el acceso físico, que ya se había desarrollado hace años, como en todo lo relativo a la atención específica de los colectivos en el aula.

LIBRAR LOS RETOS QUE QUEDAN

Entonces, ¿cuáles son los retos más importantes a los que se enfrenta un o una joven universitaria?

El primero es eludir la idea de que tiene que especializarse en su formación, y formarse como persona, con una mirada más internacional. En cambio, ha de preocuparse por lo que ocurre en su entorno local.
El segundo es que no tiene que obsesionarse con las notas, y sí en vivir esa experiencia única de socialización con sus pares y descubrimiento que se lleva en la mochila a casa.
En consecuencia, el tercero sería no obcecarse con la idea de que la formación es igual a empleo. Formarse es para formarse.

 Teniendo en cuenta todo lo anterior, ¿qué deberíamos priorizar o qué nos está faltando explorar en los estudios de juventud?

Más allá de lo que te comentaba sobre las etapas vitales y la relación entre juventud y policrisis, hay algo que me obsesiona: cómo somos capaces de trasladar al terreno práctico la cantidad de conocimientos que tenemos sobre juventud (y cualquier aspecto). Si ellos y ellas formasen parte del proceso intelectual, analítico, de debate quizá serían más propicios a cambiar sus conductas en relación a lo que han visto a lo largo del proceso. Esto es precisamente la base de la ciencia ciudadana, de incorporar más a la propia ciudadanía en procesos en los que debería estar presente.

 

BIBLIOGRAFÍA

[1] Ley Orgánica 2/2023, de 22 de marzo, del Sistema Universitario. Boletín Oficial del Estado, núm. 70, de 23 de marzo de 2023.

[2] Martínez Lozano, I. M. (2011). Libro Blanco del Envejecimiento Activo. Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso).

[3] Bauman, Z. (2007). Tiempos líquidos. Vivir en una época de incertidumbre (C. Corral Santos, Trad.). Barcelona, Tusquets Editores S.A. (Trabajo original publicado en Año de publicación original)

[4] Fundación C y D. (2023). Barómetro sobre la valoración de la sociedad acerca de la calidad del sistema universitario. Barcelona, Fundación C y D.

[5] Fernández-Mellizo, M. (2022). Análisis del abandono de los estudiantes de grado en las universidades presenciales en España. Madrid, Universidad Complutense de Madrid.

[6] Ministerio de Universidades, Ministerio de Sanidad, Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM). (2023). La salud mental en el estudiantado de las universidades españolas. Madrid, Ministerio de Universidades.

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