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Masculinidades, masculinidades everywhere

By 7 julio, 2023 No Comments

*Nerea Boneta y Sergio Tomás*

Las masculinidades son un tema de actualidad: de ellas se habla en artículos académicos, en posts de instagram e incluso en la industria del entretenimiento, donde las grandes plataformas les dedican series y películas orientadas a un público amplio. Nos queremos sumar a esta «moda», pero con una mirada divulgativa y de análisis, recogiendo las principales conclusiones de los últimos informes publicados sobre las masculinidades juveniles por el Centro Reina Sofía de Fad Juventud.

¿Habéis visto «Machos Alfa»? Se trata de una serie que pretende abordar, en clave de humor, los problemas de la masculinidad tradicional, aunque ha sido tachada por algunas voces expertas como equidistante y banalizadora de la violencia de género. ¿Y el bofetón del actor Will Smith al humorista Chris Rock en la gala de los Oscars del 2022? Seguro que os llegó algún GIF… Pues provocó un tsunami de reacciones y numerosos artículos de opinión abriendo el debate sobre “la masculinidad tóxica”. Y no es baladí que hace casi un año el Ministerio de Igualdad lanzase su viral campaña “El hombre blandengue”, protagonizada por el cantante y actor José Luis Cantero “el Fary”, con el objetivo de animar a los hombres a seguir viviendo la masculinidad de una forma más comprometida con la igualdad de género. Incluso la cantante Rosalía habló sobre su relación con los hombres y la masculinidad en su entrevista con el famoso streamer Ibai Llanos. El corte de la entrevista se ha viralizado por todas las plataformas de redes sociales, buen indicio de que es un tema que ha saltado del ámbito de la investigación social y del activismo feminista, para abrirse paso en nuestras conversaciones cotidianas.

Fotografía de la entrevista de Ibai LLanos a Rosalía y Raw Alejandro. Fuente: Canal de Youtube @ibai_

Cabe preguntarse, entonces, qué es exactamente la masculinidad y por qué se le está prestando esta atención. Una respuesta más o menos sencilla sería que la masculinidad es una construcción sociocultural que entraña un conjunto de creencias, comportamientos y actitudes que cada sociedad atribuye a los varones. Por su naturaleza social, la masculinidad es cambiante y, en cierta forma, también diversa, motivo por el que hablamos de masculinidades en plural. En este sentido, prestar atención a las conductas, discursos y malestares masculinos ha sido señalado por distintas voces expertas como una de las claves en la lucha por la igualdad de género y la erradicación de las violencias machistas.

Masculinidades juveniles: actitudes frente al feminismo y la violencia de género

El informe del Centro Reina Sofía de Fad Juventud sobre «La Caja de la Masculinidad: Construcción, actitudes e impacto en la Juventud española», centrado en jóvenes varones de entre 15 y 29 años, diferencia tres posturas en torno a la masculinidad en función de su cercanía con los postulados de la masculinidad tradicional: dentro, fuera o al borde de la caja de la masculinidad. Haciendo uso de la metáfora de la caja, como representación de todo lo que contiene la masculinidad más machista, nos encontramos con que la mayor parte de la juventud parece alejarse de este modelo, situándose fuera de la caja. Algunos de los datos del estudio nos revelan aspectos muy positivos, como que el valor de la igualdad genera un consenso social elevado entre los jóvenes. El 46,4% de jóvenes se considera feminista y hay un consenso mayoritario en que la violencia de género es un problema social muy grave (74,2%).

No obstante, también hay que destacar de estos datos aquellas posiciones intermedias (las que se encuentran al borde de la caja), puesto que se trata del grupo más numeroso entre los hombres (44,7%) pese a que, a menudo, es la postura que pasa más desapercibida. Sin embargo, lo remarcable es que dentro de este grupo encontraríamos afirmaciones tales como que el feminismo “busca perjudicar a los hombres” (34,7%) o que “no se ocupa de problemas reales, sólo se usa como herramienta política” (38,1%). Estas afirmaciones, se enmarcarían dentro de lo que se denominan como postulados posmachistas o banalizadores de la violencia de género, es decir, aquellos discursos machistas de toda la vida que buscan justificar y perpetuar el status quo patriarcal, solo que debidamente actualizados y enmascarados bajo una supuesta neutralidad.

Adentrándonos en el nuevo modelo de masculinidad juvenil

Si la masculinidad tradicional parece haber perdido vigencia entre los hombres jóvenes, cabe preguntarse, entonces, cuáles son aquellos rasgos del modelo de masculinidad juvenil que sostienen postulados posmachistas o banalizadores de la violencia de género. En el estudio «Culpables hasta que se demuestre lo contrario: percepciones y discursos de adolescentes españoles sobre masculinidades y violencia de género», realizado con adolescentes varones de entre 14 y 16 años, identificamos dos rasgos principales de este “nuevo” modelo de masculinidad juvenil: el hombre hecho a sí mismo y el hombre que juega con los límites de la masculinidad.

Hombres jóvenes. Autoría: ulleo. Fuente: Pixabay.

Por un lado, los jóvenes varones son críticos con algunos mandatos de la masculinidad tradicional, que consideran propia de “otra época”, mientras que ideas como la de que hay que “ser un hombre que sigue su propio camino” lejos de los mandatos sociales, ganan protagonismo. En la mayor parte de los casos, esta nueva masculinidad sigue estando enfocada a la adquisición de estatus y poder en distintos mercados (erótico, laboral, social, cultural, etc.) solo que, a diferencia de la masculinidad tradicional, lo que ahora se premia es el autocontrol, la elegancia y la disciplina, vinculada a la idea de hombre exitoso del mundo empresarial neoliberal. No es casual, entonces, que las criptomonedas estén causando furor entre los hombres jóvenes y adolescentes pese a su alto riesgo; o que el gimnasio se erija para ellos como el espacio de desahogo masculino por antonomasia. Ambas cosas, son medios para la adquisición de una identidad masculina que encaja a la perfección con los valores de auto-superación, valentía y construcción de uno mismo.

Por otro lado, los jóvenes valoran positivamente, que los hombres tengan la capacidad de “romper” con los mandatos de género, jugando con sus límites e incorporando prácticas y estéticas diversas, por ejemplo, pintándose las uñas o llevando falda. No obstante, la apertura respecto de la masculinidad tradicional no termina de superar unos límites muy concretos: el estigma de ser considerado “maricón” sigue muy presente y representa un símbolo de desvío y refuerzo de la propia masculinidad. Asimismo, aspectos como la sexualidad (heterosexual y muy activa), la personalidad (autoesculpida, con liderazgo y decidida) y la independencia social serían elementos muy persistentes en el modelo de masculinidad juvenil heredados —y asumidos— de la masculiniad más tradicional.

Masculinidades juveniles: riesgos y posibilidades

La forma en la que se construye esta masculinidad juvenil —autoesculpida y supuestamente apartada de los mandatos sociales y de la masculinidad más tradicional— a menudo entorpece la búsqueda de apoyos frente a sus malestares y problemas, lo cual no solo les impide estar bien, sino que supone un elemento de auto-culpabilización. Esto tiene consecuencias nocivas para su propia salud física y mental, favoreciendo, incluso, el desarrollo de conductas de riesgo. Es alarmante, que según los resultados del informe «Culpables hasta que se demuestre lo contrario», muchos jóvenes llegan a afirmar que ante el sufrimiento que sienten, contemplan el suicidio como una salida posible y “fácil”.

Cuadro resumen de las opciones que los chicos adolescentes ven posibles para hacer frente a los malestares psíquicos. Extraído del informe «Culpables hasta que se demuestre lo contrario».

Por otro lado, estos malestares masculinos generan un caldo de cultivo perfecto para el desarrollo de un sentimiento de ser las “verdaderas víctimas” (Rothermel, 2020), y presentarse como los olvidados por la sociedad, lo cual podría contribuir a que ciertos postulados banalizadores de la violencia de género resuenen con más fuerza entre los varones jóvenes.

Imagen de autoría desconocida mostrada por un adolescente varón durante una de las sesiones grupales del trabajo de campo del informe “Culpables hasta que se demuestre lo contrario»

Estas posturas banalizadoras de los hombres jóvenes no deben llevarnos a, simplemente, etiquetarlos como opresores y descartarlos sin más. Esto significaría rechazar la posibilidad de hablar sobre la masculinidad de manera más compleja e involucrar a los hombres activamente en la lucha por la igualdad. Como Clara Serra indica en su libro Leonas y Zorras, “al feminismo le toca […] no solamente señalar lo que los hombres no pueden ser, sino lo que sí pueden ser”, ayudando así a repensar de forma activa modelos más deseables e igualitarios de ser hombres. En definitiva, sigue quedando mucho que explorar sobre la ambigüedad de estos continuos cambios en las masculinidades, adentrándose en sus posibilidades y sus límites.

*Nerea Boneta y Sergio Tomás son autora y autor del informe «Culpables hasta que se demuestre lo contrario».

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